Quemaron los libros

A propósito de Farenheit 451 de Ray Bradbury.

Es la verdad, los quemaron.

Querían,

olvidar.

–Supongo.

Ya saben lo que dicen:

Si el problema no tiene solución

desaparece el problema.

Además,

¿el pasado ahí,

como una ruina,

diciendo cosas?

Ni las ruinas ni el recuerdo de las ruinas

y ni una sola de las lágrimas;
el pasado –ese sacrificio por la libertad.

Dirán los que saben, ¿no?

Los quemaron para que no siguieran hablando

y fueran menos las puertas para volver;

ahora los bomberos lo han entendido:

las llamas limpian.

Habrá que olvidar más de un nombre para avanzar,

¿sí me entienden?

En mi rosario llevo a todos los que amo.

Y entre mis manos ofrezco una piedra

que viene del mar y es mi porvenir;

mientras la zarsa se consume

en un requiém

y su lúgrube apoteosis.

Quemaron los libros

y cuando todo pase

¿qué palabra saben ustedes y ofrecerán

para reconstruir el conocimiento?

¿Qué hay en esos libros

que algunos dan su propia vida?

Y aun te digo:

muchas imágenes se queman

pero en todas reina la misma llama.

No me queda sino pensar

que las cenizas abonan la tiera,

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